La hermana Clarisa sabe que, debe "comerse el pan", con el "sudor de su rostro", según el mandato del Señor. Por eso, Santa Clara nos dice en su Regla: "Las hermanas a las que el Señor dió la gracia de trabajar, ocúpense fiel y devotamente en un trabajo honesto y de común utilidad, de tal forma, que no apaguen el espíritu de oración y devoción, a cuyo servicio deben estar las demás cosas tempòrales".
Nos vamos promocionando y adquiriendo nuevos conocimientos, usando los instrumentos aptos para el máximo rendimiento de nuestro trabajo. Esto, sin inquietudes que puedan quitarnos la paz.